La Navidad época de magia, amor, paz, esperanza, alegría y si estos valores se conjuran con lo que es el fútbol; espectáculo, esparcimiento, distracción y si ambos se fusionan, ofrecen momentos agradables y demás emotivos que sacarán una sonrisa o una lágrima a todos los amantes del Rey de lo Deportes y a los que les apasionan las fiestas navideñas.
Está historia, que hoy revivimos, justo en ese mes que empiezan las fiestas navideñas y estamos en un ambiente futbolero por el mundial de Qatar. Ocurrió un 24 de diciembre de 1914, en plena Primera Guerra Mundial, donde saldados británicos y alemanes se encontraban en pleno campo de batalla combatiendo a favor de ideales y defendiendo lo que según ellos les pertenecían. Hasta que en la denominada Noche Buena, en el silencio de estas temerías zonas, se escucharon melodías navideñas que venían desde las trincheras alemanas, quienes además habían colocado velas para decorar los árboles que poblaban su zona, esto significaba que llegaba la Navidad y era momento de “parar la guerra” por unas cuantas horas y sucedió lo impensado.
En la mañana del 25 de diciembre (fecha que se celebra la Navidad), las tropas alemanas y británicas decidieron no disparar sus armas e intercambiar la comida de la que disponían y unirse un pequeño momento para disfrutar de esta tradicional fiesta que fue acompañado de un cotejo de fútbol. Un soldado escocés que formaba parte del Imperio británico, se encontró un balón de fútbol sobre el mismo campo de batalla y organizó un partido con casi un centenar de jugadores utilizando los cascos como improvisadas porterías.
“Mi nombre es Tom Palmer y soy soldado escocés del Imperio Británico. Solo tengo una orden: matar alemanes. Pero hoy, día de Navidad de 1914, he jugado al fútbol con ellos”, decía en aquel tiempo, este soldado en una de las cartas enviadas a sus familiares”, seguramente recordando este momento inédito y demás emotivo en una guerra.
Y así se disputó un cotejo de fútbol en medio de la Primera Guerra Mundial, olvidándose por un instante de la violencia y dolor que traer consigo una guerra. El resultado es lo de menos, sin embargo, los alemanes afirmaban que ganaron 2×1, mientras que los británicos promulgaban que la victoria fue de ellos. El mensaje de esta pequeña historia, es que la Navidad y el fútbol pueden conjugarse brindando alegrías en medio de una guerra, al menos unas cuantas horas y en especial en estas “épocas doradas” del mes de diciembre. Y aquel partido de fútbol se le denominó “la tregua de Navidad”.
EMOTIVA HISTORIA.
Cuando la #Navidad y el #futbol se fusionan se olvida de todo, incluso la guerra. Una historia para leerla
Muy buen post!